UNA CADENA DE CARIÑO

15/05/2020

Que os echamos de menos es algo que sabéis bien, ¡igual que nosotros también sabemos que nos echáis en falta en estas largas semanas! Recibimos vuestros mensajes a través de redes, los correos de cariño, vuestros comentarios en los grupos de wasap y, en algunos casos, las llamadas telefónicas.

 

Y así, con algunas llamadas y el contacto que ya teníamos con muchos de los socios y socias durante todo este tiempo, surgió una iniciativa absolutamente voluntaria y hermosa que, con el permiso de todos, queremos compartir con vosotros. Como siempre os decimos, somos una gran familia y ¡en esta situación se volvió a mostrar!

 

Así, trabajadores y trabajadoras de Máis que Auga siguieron en contacto con abonados/as, sobre todo con los más mayores. Son llamadas de cariño, de acompañamiento para saber que están bien y durante un rato ambas partes ríen juntas y si es necesario, se quejan un poco y comparten alguna tristeza. Marisol, una de nuestras compañeras, nos explica cómo surgió en su caso. “Un día contesté una llamada en la centralita de una usuaria de Coia. Era Eugenia, de 86 años. Me dice que llama porque se aburre en casa y nos echa de menos. Estuve hablando con ella un buen rato y diciéndole que se mantuviese activa subiendo y bajando escaleras. Unos días más tarde la llamé. “Eugenia, ¿cuántas veces subiste y bajaste las escaleras?”. Eugenia, después de decirme que lo hacía todos los días, comenzó a contarme sus cosas con una alegría que me transmitía al otro lado”. Y así comenzó todo, con Eugenia.

 

Las llamadas son semanales y ambas pasan un magnífico momento compartiendo sus cosas. Eugenia tiene tres hijos y varios nietos, pero no viven en Vigo, por lo que la única forma de contacto es a través del teléfono. Eugenia, como muchos padres y madres ya de cierta edad, tiene uno de esos móviles que solo es un teléfono, por lo que no podía recibir fotografías. Así que cuando nació una bisnieta, Eugenia le pidió al afortunado padre que le enviase una foto. “Por el Día de la Madre”, dijo su nieto. Y así, para ese día Eugenia recibió un paquete más grande de lo que ella esperaba para una foto. “Vendrá con un marco”, pensó y abrió el paquete con toda la emoción… Era un móvil con internet y ese día tuvo una videoconferencia con toda la familia: “Hablaron durante cuatro horas, conoció a su bisnieta y habló con todos sus hijos”. Pues la emoción de Eugenia llegó a Marisol y ahora, como una cadena de cariño, llega a todos vosotros.

 

Después de este primero contacto, Marisol se decidió a llamar a otros abonados y abonadas con los que tenía relación y cada llamada es un impulso en estos ratos de desasosiego para todos. Un impulso para Marisol y para su interlocutor.

 

Y como Marisol, hubo más compañeras y compañeros. Carlota, Lorena, Andrea,  Carol,  Jana (Navia), Alicia, Jorge, Elsa, Rosalía (Barreiro), Rosa,  Flavia, Mila (Coia)… Muchas de ellas ya tenían grupos de  wasap creados con anterioridad y durante estas semanas estuvieron más activos que nunca. Alicia, de Barreiro, los explican que todos los días saluda a sus “bacalaos”, un grupo de “progresa”, formado por gente “muy joven de espíritu y con algún año de experiencia”. A lo largo del día se van contando sus cosas: “Son súper simpáticos”, dice Alicia, que no se aburre con ellos.

 

Hace un par de semanas, Alicia cogió el teléfono y estuvo toda la mañana llamando a sus bacalaos” y “¡a todos les hizo muchísima ilusión! Fue un subidón para ellos y también para mí. Todos ellos,  Merce, Suso, Divi, Isaura… son increíbles y estoy muy orgullosa de conocerlos y de sentirme tan querida por ellos”. Todos están deseando volver a la piscina, entrenar y reunirse, porque en este confinamiento en la casa mostraron que son mucho más que unos compañeros de una clase. “Yo ya llevo con algunos de ellos unos cinco años y se hacen vínculos”, reconoce Alicia que no puede evitar emocionarse al hablar de sus queridos “bacalaos”.

 

Y algo muy similar es lo que le pasa a Carlota, con su grupo de wasap de su clase de aquagym.  El grupo fumea durante todo el día y son muchas las fotos de los experimentos en la cocina, “casi todo dulces”, dice Carlota que ya los amenaza con el trabajo que tocará a la vuelta, “todos me transmiten las ganas que tienen de volver. Para ellos es fundamental recuperar su actividad, volver a tener contacto social, echar unas risas… Así que están deseando regresar”.

 

Las anécdotas durante todas estas semanas son muchas, pero Carlota se quedó con Isabel, una de las usuarias con las que se puso en contacto. Le contó que ella llama todos los días a sus compañeros de clase y va apuntando en una libreta lo que le cuentan, para no olvidarse de nada. “Cuando la llamé y le dije quien era, se emocionó un montón y ya me dijo que, aunque había pensado no volver a la piscina hasta septiembre, que no, que va a pasar el verano con nosotros”, comenta Carlota divertida.

 

Rosa estaba un poquito preocupada por Mucha, “nuestra socia más veterana de Coia, con 93 años. Así que quise llamarla para ver cómo estaba, ¡y genial! Lleva todo este tiempo en casa, pero dice que camina mucho, que su piso es grande y está haciendo grandes caminatas. Fue una alegría escucharla tan bien”. Y también llamó a Chelo, “que siempre nos trae bombones en Navidad” y también la encontró muy animada, “vive en una casa con finca y dice que está muy entretenida con las flores, aunque con ganas de salir y volver a recuperar poco a poco la normalidad”.

 

Así es la familia Máis que Auga. ¡Juntos también en la distancia!