Seguimos desmontando mitos alimentarios

15/02/2020

El viernes 14 de febrero celebramos la segunda parte de la charla “Desmontando mitos alimentarios”, para continuar poniendo un poco de claridad en un mundo en el que hay muchos mitos y medias verdades. La charla fue ofrecida por la responsable del gabinete de nutrición de Máis que Auga Conchi   Adrover y, otra vez, tenemos que agradecer la respuesta de nuestros usuarios y usuarias a esta convocatoria, ya que volvieron a mostrar un gran interés por la alimentación y, en definitiva, su salud.

 

En esta charla Conchi desmontó tres mitos más, frases que seguro que todos escuchamos más de una vez y que no son verdad. ¡Vamos con ellos!

 

     TOMAR UN POCO DE ALCOHOL ES BUENO PARA El CORAZÓN.

Pues no. Es una afirmación repetida hasta la saciedad sin estudios serios que lo confirmen. Es cierto que hay una justificación científica, ya que el vino posee algunas sustancias bioactivas que pueden ser positivas para la salud, como el resveratrol, un antioxidante. Pero lo cierto es que estas sustancias están presentes en el vino en miligramos, frente a que el 12% del vino es etanol. En resumen, el alcohol es teratogénico (puede provocar un defecto congénito durante la gestación del feto),  neurotóxico,   adictivo,   inmunodepresor, perjudicial para el sistema cardiovascular,  produce cáncer y aumenta el riesgo de muerte.

 

Opciones de bebidas saludables: Agua con y sin gas, infusiones frías o calientes; agua con trozos de frutas, café.

 

     LOS ALIMENTOS FUNCIONALES MEJORAN NUESTRA SALUD

¿Qué son? Se denominan alimentos funcionales aquellos que tienen un efecto potencialmente positivo en la salud más allá de la nutrición básica. Hay que diferencias entre los naturales (como ajo,  brocoli, nueces y aceite de oliva) y los procesados (como  margarina con  fitoesteroles, zumos enriquecidos, yogures  probióticos o cereales fortificados). Los modificados surgieron en Japón, y lo que hacen es modificar alimentos convencionales para hacerlos más saludables, mediante la adición o supresión de algunos de sus compuestos.

 

La industria utiliza declaración de salud para vender, nombres comerciales que te incitan a pensar que estás cuidando tu salud… pero lo cierto es que “con una dieta saludable y completa no es necesario tomar ningún alimento funcional”.

 

     CUIDADO CON El COLESTEROL

El colesterol es una sustancia de naturaleza grasa y animal fundamental para nuestro organismo, por lo tanto no es perjudicial para la salud. Lo negativo es que tengamos un exceso o defecto, ya que sería una patología.

 

Por eso a veces esas afirmaciones rotundas no son verdad al cien por cien:

 

– Cuando se dice que hay que tomar menos colesterol. Lo cierto es que eso depende de muchas cosas: de la genética, de nuestra dieta y de la calidad de la grasa y del azúcar que tomamos…

 

– Cuando se dice que tenemos que apostar por una dieta basada en vegetales, fruta, verdura, hortalizas, frutos secos y legumbres, ya que ayuda a reducir el riesgo cardiovascular, diabetes,  hipertensión.. Eso es cierto, pero también hay alimentos de origen animal que ayudan a reducir el riesgo cardiovascular, como el pescado azul.

 

– Cuando se dice que la grasa es mala. No toda la grasa es mala. Hay grasas sin procesar o poco procesadas, como las del  aguacate, coco, aceite de oliva o los frutos secos que son positivas para la salud. Cuáles son malas: Las grasas  trans (bollería industrial, comida para llevar,  snacks, pastelería, pizzas congeladas, helados…). Hay que recordar que para todo esto siempre tenemos alternativas, como comida y postres caseros, frutos secos naturales, mantequilla…

 

Nuestra  nutricionista finalizó la charla con una reflexión sobre el porqué de este tipo de mitos irreales en la alimentación. Detrás de todos ellos hay hipótesis sin confirmar, intereses comerciales, malentendidos y tradiciones. Y todo esto es posible porque no existe una política alimentaria que tome medidas para la promoción y prevención; que controle que los profesionales en este sector estén debidamente formados, que ponga límites a la publicidad, que controle el  etiquetado falso y que no permita que sea la industria alimentaria la que marque las normas del juego.