Sara, Paulo, Marina y Noa, ¡nuevos miembros de la familia Máis que Auga!

22/05/2020

¡La familia Máis que Auga no deja de crecer! Justo antes de cerrar nuestros centros por la crisis sanitaria del COVID-19, teníamos a unas cuantas usuarias de fitmon cerquita del momento del parto…. Y claro, ¡somos tíos! Una vez más, tenemos que presumir de heroínas, esas mamás que han afrontado su maternidad en una situación muy excepcional y sin su familia cerca. Ellas son Mila, Marina, Paula y Anabel, que trajeron al mundo a Sara, Paulo, Marina y Noa.

 

Mila, Sara y la hermanita mayor Zoe.

Sara nació el 14 de marzo, ¡justo el día que comenzó el estado de alarma! Sara, que pesó 2.630 gramos, se adelantó dos semanas, quizás con el susto que vivía el país, y su mamá Mila tuvo un parto feliz, en parte gracias a su matrona, que estuvo excepcional. Además, Mila ya tenía una cierta experiencia. Sara tiene una hermanita mayor, Zoe, que estos días tiene mucho trabajo para cuidar a mamá y a la pequerrecha.

 

Mila nos cuenta que “el confinamiento se hace complicado para algunas cosillas como revisiones del bebe y mías, conocer a la familia…”, aunque al principio “se agradece la tranquilidad para poder adaptarnos a ser cuatro”. Ahora, que ya estamos en los dos meses, están deseando poder disfrutar con el resto de la familia de momentos juntos: “Tanto tiempo sin ver a la familia es un poquillo duro, no poder disfrutar de estos momentos con los abuelos, tíos y sobre todo, las primas, que tanto estaban esperando a su primita nueva”. ¡Y menos mal que existen las vídeo-llamadas! Gracias a ellas, toda la familia ya conoce a la pequeña Sara y están viendo cómo crece día a día: “Nos conectamos todos los días y gracias a eso pueden ver su evolución”, explica la mamá.

 

El 31 de marzo Marina pudo conocer a Paulo, su primer hijo, que nació en medio de la crisis del COVID-19. “Empecé con contracciones en casa de madrugada y esperé hasta el mediodía para acercarme al hospital, porque se adelantó casi dos semanas”, nos contó Marina, quien explicó que lo peor fue que al llegar al hospital, “se había implementado un protocolo nuevo, y en el área de urgencias no podías tener acompañante y eso fue lo que peor llevé. En este momento, te monotorizan y te asustas un poco, porque ves que estás de parto y sola. Fue lo que peor llevé”.

 

Tras ponerle la epidural ya pudo entrar su pareja y todo discurrió normal: Fue un parto natural y bastante rápido. Tanto Marina como su pareja destacaron al personal sanitario: “Es maravilloso, se portaron de una forma increíble; cariñosos y a la vez dándonos nuestra intimidad, nuestro espacio. Pero es cierto que por las medidas de seguridad era un poco extraño, porque no les veías las caras. Sabes que te sonríen por los ojos, pero no les veías la boca y es una pena, pero la verdad es que solo tenemos palabras de agradecimiento para ellos y la suerte que tenemos todos de contar con ese personal tan maravilloso”.

 

Los tres están dando sus primeros pasos como familia, sin la ayuda de las abuelas, los consejos de los familiares con más experiencia… “Estamos completamente solos los tres, aprendiendo a marchas forzadas, a base de ensayo-error, porque no cuentas con nadie que te pueda servir de apoyo. Es la ley de la supervivencia, pero también lo estamos disfrutando mucho, lo estamos haciendo lo mejor que podemos, bajo nuestro criterio y el niño está respondiendo muy bien”. Evidentemente, la pena es no poder presentárselo a la familia y amigos, pero la tecnología se ha convertido en un gran aliado: “hacemos vídeo-llamadas todos los días y claro, ahora que ya tiene más de un mes, se notan los cambios. Gracias a las vídeo-llamadas no se pierden estos primeros momentos, que son tan bonitos”.

 

Paula y Marina

Marina fue tercera de nuestras sobrinas en nacer, el día 24 de abril. Su mami Paula nos contó que el parto fue de forma natural, aunque rodeado de las peculiaridades de este momento. “Rompí aguas en casa e ingresé en el hospital a las ocho de la tarde. En un primer momento tuve que entrar sola en el hospital, con las mascarillas y todo esto que dificulta el proceso, pero cuando ingresé, llamaron al padre de Marina y ya pudimos estar juntos toda la noche, una larga madrugada, codo con codo con su papá y Marina, que finalmente nació a las ocho de la mañana. Aunque fue un poco diferente, lo cierto es que tuvimos muchísima ayuda de todo el personal sanitario, que nos lo hicieron un poco más fácil”.

 

El confinamiento ya marcó la fase final del embarazo de Paula, que es madre primeriza. “Para las embarazadas es muy importante caminar y moverse y por la situación excepcional que estamos viviendo me tuve que pasar todo el último mes en casa”. Y ahora, “estamos los tres en casa. Lo que más echamos de menos es poder estar con nuestras familias, poder presentar al nuevo miembro de la familia y tener su cariño y apoyo”.

 

Como en los casos anteriores, la tecnología está siendo un gran aliado para los abuelos: “Desgraciadamente los abuelos no han podido ver a la niña. Lo llevan lo mejor que pueden, con muchísimas ganas de conocerla y haciendo muchas vídeo-llamadas. La suerte es que a través de la vídeo-llamada pueden verla y también estamos grabando muchos vídeos y muchas fotos, para que puedan ir viendo la evolución día a día. Aunque es una situación diferente, intentamos que no se pierdan sus primeros días, que da mucha ternura, y claro que es duro para ellos y para nosotros”.

 

Anabel y Noa.

Y la cuarta de nuestras mamás es Anabel, que dio a luz a Noa el día 29 de abril. Así nos lo cuenta nuestra usuaria: “Después de haber pasado por una cesárea en mi primer embarazo, esta experiencia de parto fue muy bonita. Estuve todo lo activa que la situación actual me permitió hasta el último momento. Por mi situación particular se programó un parto inducido que se desarrolló muy rápido y acabo en parto natural. Dimos a luz en el hospital Álvaro Cunqueiro y nos sentimos muy cuidados y seguros. Mi pareja me acompañó desde el ingreso y en la sala de partos, aun con mascarilla, nos olvidamos de todo lo relacionado con el COVID-19. En 48 horas estábamos en casa presentando a Noa a su hermano Nico”.

 

Pero desgraciadamente las cosas se torcieron poco después. A los pocos días tuvo que reingresar por una infección postparto y entonces Anabel sí que vivió en primera persona el pequeño caos en el que nos encontramos inmersos, y en este caso con un bebé recién nacido. “La experiencia fue diferente: ingresar por urgencias, con un cuadro febril en época de COVID…  ¡Os podéis imaginar!. No voy a dar muchos detalles pero, hablando siempre desde mi experiencia, sobran protocolos y falta mucha organización”. Anabel y su pareja vivieron un verdadero caos: “Mi paso por urgencias se puede resumir en caos y desorganización,  que hizo que tuviese que salir al parking a amamantar a mi bebé de 5 días. Noa y su padre tuvieron que  esperar en el coche durante 7 horas hasta que una matrona (gracias Majo), con mucho sentido común, hizo que nos asignaran una habitación para que ellos pudiesen subir”.

 

Anabel entiende que vivimos una situación absolutamente excepcional, por lo que apuesta por quedarse con lo positivo: “Sin duda, hemos vivido momentos que nunca olvidaremos, pero ¡quiero quedarme con lo bueno! Me quedo con esos profesionales maravillosos que nos han cuidado, con mi familia que me ha apoyado en la distancia, con las ganas de salir y con la alegría y la ilusión de un nuevo nacimiento”. Y ahora, ya recuperada,  se encuentra en casa y Nico ejerciendo de hermano mayor.