NUESTROS PEIXIÑOS YA NADAN EN LAS PISCINAS MÁIS QUE AUGA

04/10/2020

Comenzaron los cursos de piscina para niños y volvieron a Máis que Auga las risas, y también algún lloro, los bañadores de colores llamativos, las chanclas de animales, los gorros más simpáticos y la ilusión en esos pequeños rostros, tapados por coloridas mascarillas en su recorrido hacia la piscina.

 

Mucho orden en estos pequeños que comenzaron con los ojos muy abiertos un poco a la expectativa, pero que se iban soltando a medida que pasaban los minutos y podían entrar en el agua. Allí todo era conocido. Sus profes, que no pierden la sonrisa aunque esté oculta por la mascarilla, los ejercicios y los juegos que muchos ya conocían, los chapuzones y los churros… 45 minutos que pasaron volando y mientras vuelven al vestuario, con sus mascarillas y sus chanclas, los monitores desinfectan el material común para la siguiente clase.

 

Daniel, que es uno de nuestros calamares, fue a clase junto a su padre y nos explicó al finalizar su clase que se lo había pasado bien en la vuelta a la piscina: “ya teníamos muchas ganas de volver y de ir recuperando poco a poco la normalidad”, explicó su progenitor, quien aseguró estar satisfecho con las medidas de seguridad tomadas.

 

Ana es una de las asiduas a los cursos de piscina de Máis que Auga: “Empezó cuando tenía año y medio y claro que tenía muchas ganas de volver y divertirse”, nos dijo su padre, quien reconocía que al principio tenían un poco de miedo recordando las aglomeraciones de otros años, pero “estaba todo muy bien organizado y no hubo problemas”. Ana fue una de las que prefirió vestirse y ducharse en casa, donde le esperaba su merienda, que reclamaba mientras conversábamos con su padre.

Cristian fue con Amaia -de un año y 4 meses- por primera vez a Máis que Auga y la niña disfrutó muchísimo de su clase. “Fue nuestra primera experiencia y si es por ella, aún estábamos en el agua, porque le encanta. Así que la próxima semana estaremos aquí como un clavo”. Cristian nos contó que se hicieron socios de Máis que Auga en el mes de febrero y “vino el confinamiento, por lo que no pudimos venir a los cursos. Y estuvimos esperando que se fuese normalizando un poco esto”. Además, cree que las medidas adoptadas son buenas y se siente seguro. “Ves que hay gente de limpieza todo el tiempo, como lo tienen todo dispuesto para evitar aglomeraciones… Así que estamos contentos y con ganas de ir recuperando la normalidad”.

 

Catuxa y Mateo, también habituales, regresaron felices después de tantos meses sin pisar la piscina. Además, Mateo (de cinco años) se encontró con la sorpresa de que pasó a la piscina grande, por lo que estaba muy orgulloso. Yolanda, su madre, estaba encantada de volver y sobre todo de verlos tan contentos. Sobre la organización, destacó el número de personas que había para ayudar en estos primeros días e insistió en que “este proceso irá perfeccionándose poco a poco, ya que con los días se irán viendo los errores y subsanando, como nos pasa a nosotros en nuestros trabajos”.