Martina Sande, una estrella con luz propia

09/02/2020

Martina Sande, socia de Máis que Auga Navia, es una de nuestras pequeñas estrellas. Y lo es no por sus resultados, que son muy buenos, sino por su constancia en el trabajo y su afán de superación y mejora.

 

Martina, que lleva ya tres años entrenando con Alex Brea, logró hace un par de semanas la medalla de plata (categoría alevín) en el Campeonato de España AXA de promesas paralímpicas, que se celebró en Valdemoro (Madrid). Y es que con sus once años, Martina no para ni un momento. Además de la natación en Máis que Auga, también entrena con el Amfiv de baloncesto en silla de ruedas, acude al IFIT Center en Coruxo, de la Fundación Isidre Estévez, cursa sexto de Primaria con grandes resultados y aún encuentra tiempo para otra de sus pasiones, el dibujo: “Le encanta el manga, y a nosotros nos parece una buena combinación, para que no todo sea deporte y estudios”, explica su padre Víctor Sande, quien nos cuenta la historia de Martina.

Martina comenzó su relación con el agua casi desde que nació. A los tres meses ya estaba con hidroterapia como parte de su tratamiento, ya que le diagnosticaron artrogriposis congénita. “A los seis meses, pasamos a la piscina y cuando abrió Máis que Auga Navia, nos vinimos para aquí, porque nos queda muy cerca de casa y cuenta con unas instalaciones magníficas”, manifestó Víctor. Y así, conocieron a Alex Brea, entrenador de Chano Rodríguez, y tras una charla con él, comenzaron sus clases personalizadas, que han permitido a Martina ir mejorando de forma sustancial y prueba de ello es el subcampeonato de España conseguido hace un par de semanas. Martina dice que “me lo pasé muy bien en el campeonato”, porque lo que más le gusta es la competición, ya que el entrenamiento se le hace más monótono. En Madrid conoció a gente nueva e incluso se reencontró con algunas amigas que ya había conocido el pasado año, cuando acudió al Campeonato de España por primera vez.

 

A pesar de todo, Martina asegura que le gusta más el baloncesto en silla de ruedas, y su objetivo es poder competir en el futuro con el Amfiv. A finales de 2019 fue convocada a una concentración nacional de tecnificación en Córdoba, “y se lo pasó bomba”. Pero por el momento no tiene que elegir y el deporte es un elemento que le ayuda en su rehabilitación y además es uno de sus hobbies, por lo que acude feliz a sus clases con Alex y a los entrenamientos con el Amfiv.

 

Ahora la familia tiene un sueño, aunque todavía es un proyecto: “Estamos estudiando la posibilidad de viajar a Tokyo para ver en los Juegos Paralímpicos a las selecciones españolas masculina y femenina de baloncesto en silla de ruedas y a la vez conocer el país, que es la cuna del Manga, que tanto le gusta a Martina”.

 

Y con este sueño en ciernes nos despedimos de Víctor y Martina Sande, después de que Martina nos enseñe su medalla de plata y nos dedique una mirada llena de retos e ilusiones.