Esta semana se celebró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y coincidiendo con esta fecha, nos gustaría que conozcáis a una de las personas con discapacidad que acuden a Máis que Auga. En nuestras instalaciones tenemos socios con diferentes discapacidades físicas o psíquicas que encuentran en el deporte un incentivo más. De esta forma, hablamos hoy con Rober Rubín, socio de Máis que Auga Barreiro desde hace unos tres años, y que es una persona ciega, la única que acude a este centro.

Rober Rubín perdió la vista hace casi 15 años a consecuencia de la diabetes que sufre desde los 11 años. Además, esta enfermedad le afectó a otros órganos lo cual provocó que le haya realizado  dos trasplantes (de páncreas y de riñón)en 2010.  A consecuencia de todos estos problemas médicos,  Rober estaba extremadamente delgado, sin musculatura  y le quedaron secuelas en las piernas. Así que cuando ya fue trasplantado y comenzó a mejorar, decidió apostar por el deporte, y eso que antes nunca lo había practicado. Pero los resultados son evidentes y muy satisfactorios, según nos cuenta Rober: “Gracias al deporte recuperé muchísima fuerza, movilidad, músculo…”.  Rober entrena casi todos los días:  tres en Máis que Auga, pero además hace artes marciales dos días a la semana y también algo en la casa.

Y no solo significó una mejora física, tal y como nos cuenta nuestro socio. Hacer deporte y apreciar los efectos en su cuerpo, también le aporta seguridad y confianza en sí mismo: “Me siento bien, estoy haciendo algo por mí y noto que la gente me ve de otra manera”.

Con todo, Rober quiere dejar claro que él no hace nada extraordinario: “Yo soy uno más, la vista no es necesaria para levantar pesas, hay otras cosas que son más complicadas, por ejemplo, las artes marciales”, aunque no oculta que “me agrada ser la única persona ciega que va al gimnasio”, bromea nuestro socio, que destaca por el enorme sentido del humor, que mostró a lo largo de toda la conversación.