En verano, nuestro curso de aquagym se convierte en el más demandado. Y es que con estas temperaturas parece complicado encontrar un plan mejor: ¡Hacer deporte, en el agua, con seguridad y de una forma muy divertida! Y además, en verano es una actividad incluida en el abono para nuestros socios/as.

En Coia hay clase de aquagym todos los días y siempre con un magnífico ambiente. Así que nos colamos en clase de Javi Vázquez y pudimos disfrutar de su marcha y de la de los alumnos. Lo primero que sorprende es la división del espacio con las corcheras de la piscina, de forma que cada usuario dispone de un amplio espacio para hacer los ejercicios y sin estar en contacto con nadie. Luz Cuquejo comenzó con el aquagym este verano y reconoce que “me encanta, vengo siempre que puedo”. Al principio, sí que tuvo algo de agujetas, pero ahora “acabamos cansados, porque la clase es un poquito dura, pero muy contentos”.

Montse Moreira destacó el trabajo de nuestros técnicos, “ya que gracias a ellos todo es mucho más llevadero. Nos animan mucho, siempre nos arrancan una sonrisa y nos tratan de maravilla”. Asegura Montse que con las medidas de seguridad implementadas se sienten muy seguros: “Venimos con las mascarillas hasta aquí, y después en el agua ya ves, cada uno tiene su espacio para hacer los ejercicios . Está todo muy controlado”.

Consuelo Castro es una de las veteranas y expertas en aquagym, ya que lleva seis temporadas asistiendo a esta actividad, además de que desde siempre le ha gustado el deporte: “Llevo toda la vida haciendo deporte, empecé hace más de 40 años en el complejo de As Travesas con Chus Lago”, nos cuenta. Y así está de estupenda, con sus 81 años acudiendo todos los días a la clase de aquagym, “es muy divertido y una forma de seguir en forma y encontrarte con gente”. Consuelo también destacó el trabajo de los técnicos –“Son maravillosos, respetuosos, muy atentos” –, así como la seguridad que hay en los centros, “me siento muy segura. Sino fuese así, no vendría”.

¿Qué es aquagym?  Una actividad aeróbica que se desarrolla en el agua, en la que la música es muy importante. Principalmente se trabajan las extremidades (piernas y brazos) de forma subacuática y al hacerlo en el agua, “se reduce el impacto en las articulaciones”, explica Javi Vázquez. Es una actividad muy exigente, por lo que los técnicos dividen la clase en varios grupos de ejercicios, algunos más intensos y otros de recuperación. Javi incluye en su clase siempre un juego de agilidad mental que tiene el objetivo de “ayudar a la memoria, ya que sobre todo en la clase de la mañana, la media de edad es bastante alta, por lo que es un juego que les viene muy bien, a ellos y a todos”.