Alba Prado es miembro de Máis que Auga desde el inicio. Vivió con nosotros la apertura del centro de Coia y nunca se alejó de la que ella considera su familia: “Lo que más me gusta de Máis que Auga es precisamente que es una familia. No sólo voy a entrenar, que para mí es fundamental, sino que voy a ver a la gente de siempre, a estar con personas que conozco desde hace años y con las que me llevo bien. Es como una reunión social”.

Alba reconoce que no puede vivir sin deporte: “Para mí es parte fundamental de mi vida, durante el confinamiento seguía vuestras clases de Casagym y os tenía en el salón de mi casa”, bromea. Así, nos visita casi todos los días. Hace todas las clases que puede: “Zumba es obligatorio cuatro veces a la semana, no me importa el monitor”, pero también hace pump o combat. ¿Y qué es lo que menos le gusta? Las máquinas. Le resulta aburrido.

Así que cuando llegó Egym a Máis que Auga Coia, uno de nuestros técnicos, Andrés, le habló sobre el funcionamiento del circuito: “Me explicó cómo funcionaba y sus ventajas. Era algo que se adaptaba muy bien a mí, ya que yo me apunto a todas las clases dirigidas que puedo, pero lo que más me costaba era precisamente el tema de las máquinas, porque me aburren”, manifestó. Así comenzó su relación con Egym: “Con Egym eliges el programa que se adapta a tus objetivos y la máquina es la que mide la fuerza. Después de la primera prueba está adaptada a ti, y va haciendo análisis periódicos para ver la evolución e ir adaptando los pesos”, nos cuenta Alba.

Nuestra socia está encantada con este trabajo y reconoce que cuando más notó sus resultados fue a la vuelta del confinamiento el año pasado. “Cuando llegué a las clases de combat no podía levantar determinados pesos, que antes sí podía. Así que me puse a trabajar la musculatura con Egym y enseguida recuperé. Además, Alba recuerda que Egym tiene diferentes programas dependiendo del objetivo que quieras alcanzar: “Está adaptado a todas las edades y condiciones, ya que eliges el programa que necesitas y la máquina mide tu fuerza para hacer las cargas adecuadas. Pero que nadie piense que sólo es para la gente más mayor, porque, por ejemplo, ¡el programa explosivo es durísimo!”.